Aída Chávez Martínez
La honestidad, la verdad, la sinceridad, la integridad
y la búsqueda de armonía son las bases de mi vida profesional.
¡Soy madre primeriza! Estoy en el proceso de adaptación entre mis
responsabilidades familiares y mis compromisos laborales. No es fácil, pero
estoy descubriendo las mejores maneras de alcanzar el equilibrio, porque ambas
dimensiones me generan felicidad.
Aidé Chávez Martínez
Gerente de Enlace Institucional
Instituto Mexicano
de Contadores Públicos
de Contadores Públicos
Licenciada en Contaduría Pública
Generación 2000 / Campus Ciudad de México
Recuerdo el rostro de felicidad de mi padre al irse a su trabajo. ¡Nunca faltaba! Y eso me hizo entender desde niña que la chamba de mi padre era un mundo alegre y muy interesante. Así que logré que me llevara a su despacho una vez a la semana, los sábados, y desde el principio quedé fascinada con las hojas tabulares, las máquinas de escribir y las calculadoras. Él me explicaba con mucha paciencia lo que hacía y para qué servía cada uno de los instrumentos que lo rodeaban.
Muchos años después, a punto de
terminar la preparatoria, le hice saber a mi padre que el resultado de los
exámenes de orientación vocacional señalaba mi notable aptitud para la
Contaduría. ¿Y él? ¡Feliz de la vida! Así que, para elegir qué carrera
estudiar, tomé en cuenta la alegría de mi padre, mi gusto por la ciencia
contable y el evidente crecimiento del campo laboral del contador público.
Orgulloso contador de la UNAM, mi
padre me sugirió conocer la EBC, pues siempre la ha considerado una de las
mejores instituciones para el estudio de la Contaduría. Y me inscribí, llena de
ilusiones y con muchas esperanzas de convertirme en una gran profesional.
Entre los grandes maestros que
recuerdo con mucho cariño, está don Nicolás Cuéllar, mi primer profesor de
Matemáticas en la EBC. Fue él quien, ya terminada mi carrera, me insistió en
titularme, cosa que le agradezco profundamente. En mi corazón también se
encuentra don Francisco J. Chevez Robelo, una persona que reflejaba paz
interior y que supo siempre transmitirnos la necesidad de construir nuestra
vida profesional sobre bases éticas firmes.
Dicen que los contadores somos muy
cuadrados, como si este adjetivo fuera el polo opuesto de las mentes abiertas y
libres, cuando en realidad lo contrario a “cuadrado” es “redondo”. ¿Y qué puede
significar una mente redonda? Puede significar algo bueno o algo malo. La
definición depende de nuestra intención. Lo mismo sucede con la idea de lo
cuadrado. Esta imagen puede considerase
positiva, porque resume las características propias y necesarias de la
profesión: el orden, la estructura y la precisión, entre otras. Y estas
características han sido, precisamente, las que me han permitido dar buenos
resultados en el cargo que hoy ocupo en el Instituto Mexicano de Contadores
Públicos: veo presupuestos, control administrativo, planeación y ejecución,
entre otros aspectos.
Somos estudiantes para siempre
Pero no me siento en mis laureles:
busqué la certificación como organizadora de eventos y obtuve la que otorga la
revista Convenciones, publicación especializada en turismo de reuniones;
además, cuento con un diplomado de la misma EBC. Es decir, busco siempre estar
actualizada.
Somos impulsores de progreso
Tengo en la mente muchos proyectos, a
corto, mediano y largo plazo, y en todos ellos está incluido el deseo de
garantizar mejores servicios, encontrar a los mejores proveedores y atraer a
los mejores colaboradores.
Somos honestos y socialmente responsables
Baso mi vida en la honestidad, en la
verdad, en la sinceridad, la integridad y en la búsqueda de armonía.
Estoy orgullosa de mi alma máter,
porque me considero una profesional emprendedora que ha sabido distinguirse en
su ámbito laboral por mi saber, por mi hacer y por mi ser. Además, el hecho de
ser egresada de la EBC me ha abierto muchas puertas.
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